Desde el fortín que avizora nuevos y mejores tiempos para Oaxaca, el título de la clásica novela de Jorge Ibargüengoitia puede nombrar el panorama que se mira en nuestra pobre entidad tras 12 años perdidos de gobierno. Ulises Ruiz y su clase política, aunque lo nieguen, emprenderán pronto la huída y con ella dejan un aparato administrativo disfuncional, un presupuesto roído, un sector económico minado y un servicio público en ruinas.
Se van y por ahí nos dejan “un pendientito” de poco más de 6 mil millones de pesos en deuda pública que no se reflejan ni en la infraestructura productiva ni en mínimos niveles de bienestar para la población; tan es así, que en esos saldos pendientes se encuentran los 48 municipios oaxaqueños de los 100 con mayores índices de pobreza extrema registrados en el país, que constituyen una verdadera ofensa cuando se contrastan con el desenfrenado gasto corriente de estos dos últimos sexenios.
POR SUS CIFRAS LOS RECONOCEREIS.- A pesar de que el viejo régimen mostraba demasiados síntomas de su decadencia, ellos le apostaron a continuar haciendo lo mismo y lo único que sabían hacer; hay tres hechos recientes que confirman su desesperación como parte de la descomposición política que se traían encima:
1.- El Titular del Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA) tras ser apañado en conductas ilícitas, dijo: “Si es necesario dar la vida para que no llegue la derecha, la doy”. Por lo visto los Dioses zapotecas no aceptan el sacrificio de corazones corrompidos y amañados. El decrépito funcionario estatal, responsable de enseñar las primeras letras a los adultos oaxaqueños, paradójicamente no supo leer el signo de los tiempos y hoy, a un paso de ser consignado por delitos electorales, debe entender que para la justicia divina su esperado sacrificio vale exactamente lo que valió su voto.
2.-Una de las cosas funestas que caracterizó al PRI en sus ochenta y tantos años en el poder, fue la terrible habilidad para manufacturar culpables cuando de resolver asuntos políticos se trataba. El fallido espectáculo de los 39 “desestabilizadores” pandilleros y adictos a enervantes, hospedados en hoteles 4 estrellas en pleno centro de la ciudad el día de las elecciones, tan solo fue la continuación de aquel ridículo capítulo ocurrido en 2004 cuando el ex gobernador Murat arguyó un “atentado” con supuestos francotiradores. Aquel Procurador y esta Procuradora, no leyeron bien su manual, ahora forman parte de una horrenda serie de la justicia oaxaqueña que no debe quedar impune.
3.- En el 2006 Ulises Ruiz le ofreció un millón de votos en nuestra entidad al candidato a la presidencia de la república Roberto Madrazo. Temeroso que su soberbia estaba acotada a la realidad, este año se concretó a pedir “un chingo de votos” para el candidato de su partido, para finalmente reconocer que “no salieron los números”.
LA RESACA ELECTORAL.- Los primeros sorprendidos fueron los comunicólogos y escribanos que fieles a su tradición, trataron de vender incansablemente la idea que las Coaliciones de oposición eran “contranatura” y no funcionaban en Oaxaca; los resultados del 4 de julio evidenciaron su pobreza argumentativa y demostraron que la naturaleza no se equivoca cuando hay ciclos que tienen por fin que terminarse.
Convencidos, como estamos, que una sola constructora no hace verano, los segundos sorprendidos fueron todos aquellos dueños, socios y gerentes de las constructoras que han sido beneficiadas del régimen y que han hecho y deshecho a su gusto de las calles, plazas, inmuebles, sin que nadie les exija cuentas. El rostro que muestra actualmente nuestro querido auditorio Guelaguetza refleja el estado en que se encuentra nuestra entidad: medio destruido y medio construido, edificado a medias, no hay un responsable de la obra, no hay datos precisos ni transparencia en la inversión.
Los terceros sorprendidos fueron aquellas exfiguras de la oposición oaxaqueña que cansadas que la revolución no les hiciera justicia, devinieron recientemente en neopriístas y vendieron su alma al diablo a cambio de un puesto o una regiduría. Hoy, ante la resaca electoral, saben que lo grave no está en que se hayan equivocado, sino que con ello han perdido “hacha, calabaza y miel”, como decían los antiguos.
LOS TIEMPOS QUE VIENEN.- El gobernador electo va encontrar bajo la alfombra toda la suciedad que escondieron estos 12 años y la que tratarán de ocultar los últimos 4 meses en el gobierno. Acostumbrados a administrar, pero nunca a resolver de fondo los problemas, su actuación pasaba por una fórmula mágica: exigir, exigir y exigir mayor presupuesto a la federación a costa de mayores sacrificios para la gente
No es nada raro que en su retirada vayan destruyendo lo que queda a su paso para complicarle a quien llega su ejercicio de gobierno. Se van y se llevan entre las patas a pseudoperiodistas, pseudolíderes, prestanombres, corifeos y apologetas, aunque algunos tratarán de cambiarse la piel para seguir reptando y viviendo a costa del erario.
Estas ruinas que vemos no son gratuitas, como tampoco será fácil la reconstrucción política y social de Oaxaca, además de una renovación ética en la forma de pensar y actuar entre las agrupaciones indígenas y populares. El rito fundacional que han tenido todas las civilizaciones tras la caída de regímenes autoritarios (España 1975, Chile 1990, Polonia 1991) comienza aquí el próximo 1º de diciembre.
COMO ANÉCDOTA.- Ayer le mandé un correo electrónico a Michelangelo Bovero, hasta Turín, Italia, ahí le planteo que su libro “Una gramática de la democracia, contra el gobierno de los peores” en su siguiente edición debe tener un adendum derivado de la jornada del 4 de julio en Oaxaca y el triunfo de Gabino Cue; pido al filósofo agregar una palabra más a su catálogo de sustantivos inherentes a la democracia: PERSEVERANCIA. Las fuerzas del mal no pudieron contra un ciudadano oaxaqueño que siempre fue congruente y nunca defeccionó, no perdió la fe ni la esperanza, que ante la “derrota” a estas fechas del 2004, recorría a pie los caminos de Oaxaca enarbolando la única bandera que vale para la historia que es la de la dignidad.
lunes, 18 de octubre de 2010
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